domingo, 10 de abril de 2016

La Compañía Miyajima le había hecho un encargo muy claro: encontrar el intérprete perfecto para el papel de Robin Hood. 
MajoTin se sentía responsable: el elegido no sólo actuaría, podría transformar el mundo con sólo extender los brazos... Así que recorrió minuciosamente los paralelos y los meridianos, preguntó a viajeros y a sabios, buscó aquí y allá... 
Hasta que un día, al dejarse caer en un banco a descansar escuchó un suspiro a su espalda. 
Una pequeña Suricata estaba triste porque le apasionaba cantar y bailar: "pero nunca nadie ha visto bailar a una Suricata", -susurró-
A MajoTin se le iluminó la sonrisa: "Contratada! la obra será un musical..." 

No hay comentarios:

Publicar un comentario