sábado, 1 de marzo de 2014

Hace  algunos días soñé que estaba en una ola, dentro de la ola, pero no recuerdo nada más del sueño, sólo que era parte de la ola. El siguiente sueño fue un trozo de calle, en el que no había estado nunca, y de repente todo se daba la vuelta y aparecía de nuevo la ola como si nos reconociéramos por el sólo hecho de habernos soñado un rato antes.

Sonó el despertador, lo apagué y me volví a quedar dormida. Estaba en un bar, sola, como también estaba sola en la ola, y sentía que llegaba el momento de entrar (aunque yo ya estaba dentro) como si los hielos del resto de la gente a las 7.30 de la mañana cayeran sobre mi como meteoritos. Volvió a sonar el despertador y se acabó. Mejor, porque no tenía ningún sentido.

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