domingo, 27 de octubre de 2013

Sigo despierta. En cada uno de mis pensamientos apareces tu cargado de luz, hasta en la parte más lejana de tu sombra. Entro en duermevela y apareces tu, apretando tu mano contra la mía, apretando mi hombro contra tu pecho, susurrándome sin creértelo que huelo a vida. Caigo dormida y me levantas en vuelo, me abrazas en el aire, moviéndome sólo con tu sonrisa; y yo ya sólo puedo descansar en tus brazos. 

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