jueves, 17 de octubre de 2013

De pequeña robaba garbanzos verdes de los navales con otros niños del pueblo. Si nos sorprendían huíamos corriendo por los tejados. Un día un tejado se rompió y caímos sobre un montón de hierba cortada. Alguno descubrió que no era alérgico al golpe, pero sí a la alfalfa.

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